Qué lejanos están aquellos días cuando los campeonatos amateur eran de los más atrayentes de este bello deporte que se llama fútbol, que mueve multitudes en todos lados y es una máquina de hacer dinero. Pero de un tiempo a esta parte, en todo el departamento de Arequipa y en el Perú, el fútbol está muriendo, está agonizando. Sino vean cómo se desarrollan los torneos en Arequipa, Camaná, Caylloma, Islay, Castilla, Caravelí, Condesuyos y La Unión. Todos estos torneos casi son un fracaso y no levantan vuelo. Ello a pesar de que la selección peruana estará presente en el Mundial de Rusia 2018, contra todo pronóstico.
En Arequipa, la Liga del Cercado se llegó a jugar hasta con 12 equipos. Y tuvimos la suerte de ver a jugadores que llegaban a integrar las selecciones nacionales. Arequipa contaba con selecciones locales y de gran calidad, que le paraban los machos a cualquier equipo profesional que venía de la capital a jugar en el estadio Melgar. Mollendo y Camaná, se daban el lujo de clasificar a las finales de Copa Perú, como lo hacía Pesca Perú, que dio muchos jugadores al fútbol profesional. A ellos se suman el Real Madrid, Social Deportivo, Huracán, Atlético Universidad y Total Clean. Pero todos aquellos equipos solo son historias y recuerdos. Porque el fútbol arequipeño está agonizando.
Los mecenas que antes metían la mano al bolsillo para sostener a sus equipos tenían que pagarle un dinerito al entrenador y comando técnico. Tenían que comprar camisetas, zapatos, calzoncillos y medias; pagar movilidad, refrigerio y una propina a sus jugadores; y muchas veces hasta le daban sus chelas su barra que los alentaba. Hoy esos mecenas han desaparecido, incluidos los hinchas. Y han desaparecido porque ya no hay calidad. Los malos dirigentes que manejan nuestro fútbol amateur se encargaron de correr y desaparecer a los llamados mecenas como José Cornejo Salinas, José Luis Quiroz, Zacarías Pinto, Héctor Muñoz Oyola, Oswaldo Cabrera, Maurico Marquina. Y junto a ellos a los del Temperley, San Isidro, Atlético Universidad, Nicolás de Piérola, etc. Y es que a nadie le importa que el fútbol arequipeño esté agonizando.
Estos pésimos dirigentes, lejos de apoyar y orientar a los que gastan su dinero para promover el deporte, solo están dedicados a esquilmar sus alicaídos bolsillos y a pararlos de cabeza para sacarles hasta el último centavo. Eso viene sucediendo hace muchos años con las ligas distritales, y lo propio sucede en las ligas departamentales de todo el país. Por eso, en nuestra ciudad, necesitamos con urgencia que alguna funeraria de las tantas que hay en el barrio La Pampilla pueda donar un ataúd para esperar la muerte del fútbol characato, que está enfermo de tanta corrupción y podredumbre que vemos día tras día.
Los malos dirigentes siguen enquistados en sus cargos, hay equipos que han desaparecido y que eran parte de historia de Arequipa. «Periodistas» que dan la impresión de ser asalariados. Malas inscripciones de jugadores, equipos que actúan en primera a pesar de haber perdido la categoría, instituciones que no cuentan con Registros Públicos, favores que se pagan, árbitros incapaces y otros que tiene actuaciones extrañas como si hubieran recibido un mendrugo de pan duro por favorecer a determinada institución, además de torneos que se juegan sin haber aprobado sus bases complementarias.
Quizá algún día pueda aparecer un dirigente probo y trasparente, alguien que quiera salvarlo y no dejar morir al fútbol amateur. Alguien que lo quiera sacar de la sala de cuidados intensivos en donde agoniza lentamente, sin remedio; alguien que le tienda la mano. Porque si el fútbol amateur llega a morir, tendremos inevitablemente que asistir a su funeral, para acompañar a los que lo mataron; y sus supuestas viudas serán los dirigentes de los equipos. ¡Salvo mejor parecer!