Los peruanos se despidieron hoy del Mundial de Rusia 2018 orgullosos de haber gritado un gol de su selección en una Copa del Mundo después de 36 años y haber visto el primer triunfo en 40 años, pero con la incógnita sobre la continuidad del técnico argentino Ricardo Gareca, artífice de este éxito.
‘El Tigre’ Gareca es probablemente la persona más valorada en Perú por la devoción que causa entre millones de personas que lo consideran responsable de hacerles vivir sensaciones inéditas en sus vidas, las mismas que ahora quieren repetir en el Mundial de Catar 2022 con una nueva clasificación.
Para ello, la permanencia del argentino en el banquillo de la Blanquirroja se ha vuelto casi un asunto nacional, dada su capacidad para haber formado un equipo muy competitivo que ha terminado con una agónica sequía de alegrías y un tortuoso camino de desilusiones.
Una vez terminada la participación de la selección de Perú en el Mundial, Gareca queda libre y eso llena de incertidumbre a todos los peruanos que quieren que siga al frente del combinado nacional.
Sus gestos e instrucciones a los jugadores han calado tan hondo en los hinchas que las repiten en las calles, como el ya célebre «Pensá», hecho con los dedos índices en las sienes de la cabeza, señal que el técnico acostumbra a hacer a sus futbolistas para pedirles calma.
Y eso mismo, pensar, tiene planeado hacer Gareca cuando la selección regrese de Rusia, aunque ha avanzado que dará una respuesta en breve. Sobre su mesa tendrá la oferta de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) que pide el país de manera casi unánime, un contrato que prolongue su vinculación con la Blanquirroja hasta el Mundial de 2022.
De sobra es conocedor que, aunque su contrato vencía después del Mundial, la FPF lo contrató en marzo de 2015 con la idea de consolidar un proyecto a largo plazo cuya meta final era la clasificación para la Copa del Mundo de 2022, un éxito que llegó cuatro años antes de lo esperado, en Rusia 2018.
Si acepta la renovación, ‘El Tigre’ Gareca tendrá la posibilidad de seguir guiando el crecimiento de una selección cuyo techo parece todavía lejano, con un grupo de jugadores, en su mayoría jóvenes, que han madurado bajo su dirección, como Édison Flores, Christian Cueva, Renato Tapia, Miguel Trauco y Anderson Santamaría, entre otros.
También deberá entonces buscar a los sucesores de Guerrero y Jefferson Farfán, las dos principales garantías gol que tiene Perú en la actualidad, y que por su edad es complicado que llegasen al siguiente Mundial.
Asimismo, asentar la autoestima, disciplina y confianza insufladas a los jugadores peruanos, uno de los puntos que más se le valora a Gareca, casi tanto como los resultados, lo que esfumó la imagen de una selección apocada y sin compromiso que había antes de su llegada.
Sin embargo, ese contrato lo comprometería con la selección de Perú hasta los 64 años, un período en el que puede contemplar regresar a la dirección de clubes, cuyo mayor éxito fue su paso por Vélez Sarsfield.
Si es cauto, Gareca esperará a ver que derrotero toma la participación de la selección de Argentina en Rusia 2018, para cuyo convulso banquillo suena desde hace meses como posible sustituto de Jorge Sampaoli, un puesto al que ‘El Tigre’ siempre ha visto con buenos ojos públicamente.
Con independencia de la decisión que tome, en Perú siempre se le agradecerá a Gareca por hacer realidad los sueños de millones de personas que nunca habían visto a su selección en un Mundial.
Eso se cumplió con los partidos ante Dinamarca y Francia que Perú perdió por 1-0 a pesar de no ser menos que su rival en el juego, y hoy, ante Australia, se desquitó de esa frustración al ganar por 2-0 con goles de André Carrillo y del capitán Paolo Guerrero, el más festejado por todo el calvario que vivió para jugar el torneo, a causa de su sanción por dopaje.
Hasta entonces, el último gol de Perú en los mundiales fue de Guillermo La Rosa en España 1982, ante Polonia, y su última victoria databa de Argentina 1978, ante Irán (4-1).
F/EFE
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