Fue una mañana de esas que ningún futbolista quiere vivir en su carrera, la de ayer, jueves 16 de agosto, en la práctica de Deportivo Binacional, equipo que milita en la Primera División del fútbol peruano.

El entrenamiento estaba programado para las 11 horas, en el estadio de Umacollo, pero tuvo que comenzar 35 minutos después debido a que el plantel (jugadores y cuerpo técnico) conversó durante dicho lapso con representantes de la dirigencia del llamado «Poderoso del Sur», que habían llegado también al recinto deportivo.

El tema del día era uno solo: dinero. El club puneño -según nuestras fuentes- mantiene una deuda de dos meses con sus contratados, deuda que está llevando al límite toda conciencia y voluntad en un grupo de personas que durante ocho meses ha dejado mucho por poner a Binacional lo más arriba posible en la tabla del campeonato.

Y sí que lo ha hecho a cabalidad, pues con un plantel reducido, el elenco celeste marcha en los primeros lugares del Torneo Descentralizado.

Terminada la charla, inició el trabajo físico táctico de rigor. No hubo sonrisas ni apretones de mano. Tampoco había pasado lo peor, a pesar de la tensión percibida en aquel encuentro inicial entre futbolistas y administrativos.

Son las 12:30 horas, aproximadamente, los jugadores ya dejaron de entrenar y raudos se juntan en círculo con su comando técnico y también con los dirigentes de Binacional. La conversación previa se reanuda y deja de ser cordial para mutar en una discusión.

Tal es el calor de la comunicación, que se escucha a uno de los referentes del equipo increparle a su dirigente: «Es una falta de respeto la que tienen con nosotros. Solo estamos pidiendo lo que nos corresponde», reclama.

Casi a las 13 horas acabó la charla y una sonrisa no formó jamás parte de la expresión de los futbolistas, quienes partieron mudos al camerino para cambiarse la ropa de deporte.

«NO JUGAMOS»

Fuentes del equipo nos confirmaron que la decisión fue unánime ante la falta de acción de los dirigentes: no jugar mañana ante Sporting Cristal, en el marco de la fecha 14 del Torneo Apertura.

Hasta el cierre de edición, el grupo de jugadores de Binacional había decidido no viajar a Moquegua, ciudad donde está programado dicho cotejo, con el respaldo del comando técnico.

«Aunque nos den walk-over, no podemos seguir así», se escuchó en los pasillos del estadio Umacollo. Saben que dos ausencias pueden costarles la categoría, pero sus familias y su dignidad significan más para ellos.

Si hoy el equipo decidiera viajar, seguro hubo una nueva promesa motivante, pero eso no tapa el hecho de que futbolistas íntegros terminan siendo timados, sin recibir el respeto que merecen, como comentaron ellos mismos en su charla con la directiva puneña.

MALSANA COSTUMBRE

«Binacional fue expulsado del hotel de concentración», decía una noticia difundida el 25 de julio, en la previa del encuentro que disputaría el campeón de la Copa Perú 2017 ante Universitario, en Lima. Aquella vez, los jugadores tuvieron que almorzar casi dos horas tarde, porque el club no cancelaba el pago al hotel.

Siendo recurrente esta actitud en la entidad deportiva, dicho establecimiento no quiso servirles el almuerzo a los deportistas hasta que no recibiera su dinero. Finalmente, por amor propio –y creyendo la promesa del «no se preocupen, todo va a mejorar»– salieron a jugar ante la ‘U’, disputando un partido para el que no habían entrenado tres días en Arequipa, por las mismas irregularidades.

Un mes antes, los medios de comunicación anunciaban que Binacional no trabajaba con normalidad, por retraso en los pagos. Una bola de nieve que fue tomando cuerpo hasta ayer, que derrumbó todo, pues se comenta que el grupo habría recibido la mala noticia de que, por el momento, no hay forma de darles solución a las deudas.

No son algunos referentes, sino todo el plantel, que ha decidido ponerle fin a los abusos y exigir «lo que le corresponde».

¿Quién causó todo esto? La directiva presidida por Juan Carlos Aquino, que, desde Puno, es la cabeza de un club que, perfidia de por medio, ha abandonado a sus jugadores, muchos de los cuales estarían pensando en buscar mejor suerte después del Apertura.

«Varios siguen jugando para que los vean y llamen de otros equipos. Cuanto antes, mejor», se dice en la interna de futbolistas.