La selección peruana cayó en sus dos últimos partidos amistosos jugados en Europa ante dos poderosas selecciones: Holanda y Alemania. Si nos damos cuenta, la selección peruana dirigida por el «Tigre» Ricardo Gareca, de las últimas cinco presentaciones que hizo en el Viejo Continente, perdió en cuatro oportunidades; y solo ganamos en una.
Los números son realmente fríos, el balance no es nada positivo para la selección de todos los peruanos. Pero lo más importante es que se viene ganando experiencia y los muchachos cada día se hacen más fuertes.
Muchos aficionados saben que en los triunfos los errores no saltan a la vista y que las derrotas son a veces el mejor termómetro para medir cuáles son las falencias y las virtudes que exhibe un equipo de fútbol a la hora de la verdad. Además, las derrotas sirven para ir corrigiendo errores y mejorando las virtudes. Y Perú va en ese camino, en ese camino de ser un equipo que busca su consolidación en el consenso internacional ante rivales de mayor jerarquía.
Si bien es cierto que no ganó, también es cierto que nuestros jugadores ganaron roce internacional, ese rose que le servirá a Ricardo Gareca para encaminar al equipo patrio por el camino correcto de saber que sí podemos hacer mejores presentaciones ante representativos mucho más fuertes y potentes que nosotros.
También corregir errores, de los cuales estamos seguros que el comando técnico ha tomado debida nota. Que sepan nuestros jugadores de lo que están hechos y por qué están ahí para lo que será su participación por la selección peruana en la próxima Copa América Brasil 2019.
Los resultados negativos que se dieron, bajo ningún motivo, deben llevarnos a ser un equipo perdedor. Esos resultados negativos deben enseñarnos que es hora de aprender a ganar. Saber que ya no somos un equipo chico; que somos un once al cual los adversarios respetan y que ya fácilmente no nos pasan por encima.
Ahora Perú es un equipo que se ha ganado el cariño en todo el mundo; y por ese cariño y respeto que nos hemos sabido ganar, es momento de comenzar a ganar. ¡Salvo mejor parecer!