TodoDxT. El cartel electrónico anunció que Tulio Etchemaite debía dejar la cancha y cederle su lugar a Hideyoshi Arakaki. Melgar caía 1-2 en casa.

Corrían 24 minutos del segundo tiempo y la temprana salida de uno de los goleadores más importantes que tiene el cuadro mistiano -y el campeonato- significaba que el ‘León’ no estaba elaborando de manera eficiente las jugadas que necesitaba Tulio para demostrar su valía.

Y a pesar de que a la postre Melgar terminaría dándole vuelta al marcador, consiguiendo su segunda victoria consecutiva en casa, queda un saldo de preocupación , el ‘Dominó’ generó casi nada en área rival, recurriendo al centro -o pelotazo- como arma solitaria de peligro. Fue suficiente, por ahora, ¿lo será mañana?

El equipo buscó la victoria en casa y lo logró con suerte.
El equipo buscó la victoria en casa y lo logró con suerte.

Si hay que resaltar algo en el Melgar de la última noche es que no bajó los brazos. Dos veces estuvo abajo del marcador, pero terminó con una victoria que le da vida y, de paso, tranquilidad para que Hernán Torres ajuste la máquina durante la semana. El técnico aprobó raspando.

Lo de Huancayo fue la constante de los que visitan Arequipa. Sin posesión dominante, pero con aisladas jugadas que, desatención defensiva de por medio, terminan en gol. Sucedió en el tiro libre de Carlos Neumann, en el 0-1, y en el tanto de Víctor Peña que puso el 1-2. Pasan los entrenadores y Melgar no corrige sus errores en área propia.

Bernardo Cuesta anotó el primer gol para el ‘Dominó’ en el minuto 48.

No parece ya un tema que dependa del DT. Pero lo que se hizo mal en arco arequipeño, lo imitó Sport Huancayo, que no pudo marcar nunca a Paolo Fuentes -de gran nivel- en dos tiros de esquina que terminaron en los empates transitorios (el primero lo hizo Cuesta luego de que el cabezazo de Paolo toque en el travesaño).

Y así llegó el rugido final del ‘León’, propiciado por Christofer Gonzales. En una inédita combinación con Nilson Loyola desde la esquina, “Canchita” conectó un remate desviado que agarró destino de gol luego de dos rebotes. Cuando no se puede jugando, se logra empujando, dicen. Para Melgar, fue gol y punto; lo que le permite cumplir, hasta ahora, con la máxima de todo equipo que se sueña campeón: no ceder terreno en casa.