Arequipa. Los árbitros de fútbol ayer por la mañana hicieron un alto en su preparación cotidiana para cantar el tradicional cumpleaños feliz a dos de sus jóvenes colegas, fue en el estadio Umacollo.

José Manuel Conza Quispe, en la víspera, cumplió 14 años de edad y sin dudas es el árbitro más joven del país que está en actividad.

«Yo estoy en el arbitraje desde que tenía 11 años. A mí siempre me gustó el fútbol, pero de apoco me comenzó a gustar más sobre el reglamento y su aplicación. Es así que me animé a hacer el curso de árbitro», cuenta muy emocionado.

José Manuel cursa el tercer años de secundaria en el colegio Nuestra Señora de La Paz y cuenta que hasta ahora no ha tenido algún problema cuando está en la cancha, dirigiendo.

«Muchos me miran y se admiran de que soy muy joven, siempre hay algunos que se quieren pasar de vivos, pero nosotros estamos preparados con mucha personalidad para hacer nuestro trabajo», reflexiona.

Conza Quispe piensa seguir estudiando y ejercer una profesión, pero también está convencido de que en base a mucho trabajo y esfuerzo puede llegar a ser una árbitro internacional o FIFA.

Otro de los que estuvieron de cumpleaños fue Paúl Ramos Zeballos, cumplió 25 años de edad.

«Acabo de cumplir un cuarto de siglo pero sigo joven», así bromea Paúl.

Más adelante cuenta: «Yo jugaba fútbol, pero también me gustaba ver el trabajo de los árbitros y un día me anime hacer el curso».

Ramos Zeballos recuerda que su primer partido a dirigir fue el fútbol de menores. Allí entendió qué tan importante era su labor, administrar justicia, ya sea para grandes y pequeños.

Árbitros festejaron a sus colegas después de la práctica matutina
Árbitros festejaron a sus colegas después de la práctica matutina

Así transcurrió una mañana atípica para los árbitros, con torta y gaseosa, un buen momento para enlazar más los lazos fraternos que les une. Como diría el escritor uruguayo Eduardo Galeano en su libro «Fútbol a sol y sombra»: el árbitro, antes de iniciar un partido, ya está sentenciado por la hinchada, pero sale y entra en campo mucha gallardía.