Madrid. Un gol del delantero egipcio Mohamed Salah de penalti en el segundo minuto del partido, cometido por mano del francés Moussa Sissoko dentro del área, adelantó al Liverpool en la primera mitad de la final de la Liga de Campeones contra el Tottenham (0-1).
Cuando no se había cumplido el primer minuto, un centro del senegalés Sadio Mané golpeó entre el hombro y el antebrazo de Sissoko, que tenía el brazo extendido dentro del área, y el árbitro esloveno Damir Skomina no dudó en señalar la pena máxima, que convirtió Salah con un disparo fuerte con la pierna izquierda.
El Liverpool se encontró con un tanto inesperado, y decidió dejar pasar el tiempo, dando la iniciativa a un Tottenham absolutamente noqueado, en el que solo el extremo surcoreano Son Heung-Min generaba peligro desde su banda izquierda.
Un movimiento de Harry Kane, la gran noticia de la alineación ‘spur’, generó un pase del danés Christian Eriksen para Son, al que se adelantó el lateral del Liverpool Trent Alexander-Arnold para evitar que se quedara solo ante el meta brasileño Alisson Becker.
Cuando el Tottenham parecía volcado sobre la meta de Alisson, pero sin concretar en ocasiones, el lateral zurdo escocés del Liverpool, Andy Robertson, enganchó un chutazo con la pierna izquierda que hizo estirarse a Lloris para evitar el segundo tanto del equipo ‘red’.
F/EFE