Ninguno quisiera estar hoy en el campo de juego. Vinieron a Brasil a disputar la final y a lo máximo que pueden aspirar es al honroso tercer puesto. La Argentina de Messi y Chile, el vigente campeón sudamericano, jugarán hoy por el bronce de la Copa América en el Arena Corinthians (2 p.m.).
Dolidos los gauchos por su polémica derrota en semifinales a manos del anfitrión, siguen quejándose en todos los ámbitos por el arbitraje del ecuatoriano Roddy Zambrano y el VAR.
El Comité Organizador de Brasil 2019 ha reconocido que hubo un error de comunicación entre Zambrano y el VAR ocasionado debido a protocolos de seguridad por la presencia del presidente brasileño Jair Bolsonaro en el partido. Claro está que esa explicación no les ha convencido.
Esa protesta intenta ocultar los graves problemas deportivos que tiene la selección argentina. El técnico Lionel Sebastián Scaloni ha recibido un tibio espaldarazo de la AFA que le ha ratificado en el puesto hasta diciembre, luego buscará a su reemplazo.
En la interna el grupo sigue dolido. Messi es el más golpeado y el que asume toda la responsabilidad de una generación que, a nivel de selección, no conoce de éxitos.
Las dos últimas veces que se encontró con Chile en Copa América son malos recuerdos. Perdieron por penales las finales de Chile 2015 y la de Copa Centenario 2016 de Estados Unidos.
Para Chile, como lo dijo su referente Arturo Vidal, este partido no reviste mayor interés. Los mapochos siguen despechados tras la goleada y los oles que recibieron el último miércoles, cuando Perú les metió un 3-0 contundente.
El tercer puesto de esta Copa América la pelearán dos selecciones frustradas que hubieran preferido haberse quedado en la fase de grupos que pelear por el “premio consuelo” del tercer puesto que, para ellos, suena a burla.