Perú realizó sus mejores Panamericanos de la historia. Batió todas sus estadísticas previas tal como se pronóstico por nuestra condición de local, pero ahora qué se viene para el deporte peruano.
Lima 2019 desde ayer por la noche fue historia. Todo fue bonito con una inversión de 4 mil millones de soles (más de mil 300 millones de dólares) en escenarios deportivos y apoyo al deportista, pero el futuro sigue siendo incierto.
Sin una política de Estado definida, sin proyectos ni metodología de trabajo, lo que pasó en la capital peruana es una ilusión.
Ya algunos deportistas lanzaron la voz de alerta durante los Juegos. ¿Nos seguirán apoyando? Se preguntan todos y no han encontrado ninguna respuesta oficial.
El mayor beneficio de nuestros deportistas es que se han marqueteado; es decir, se han puesto en la mira de empresas privadas que con un Estado indiferente pueden convertirse en la otra opción para que busquen el Alto Rendimiento, un concepto que se ha hecho popular este último tiempo, pero que aún los que dirigen el deporte nacional no saben aplicarlo.
Los estadistas dirán que estos Juegos fueron los mejores deportivamente hablando para Perú, pero no generalicemos. El éxito ha sido individual, porque en todos los deportes colectivos se fracasó, ese quizá sea un reflejo de lo que es nuestra sociedad: el individualismo sobre lo colectivo.
En Perú la ley es letra muerta. Existe una Ley del Deporte que no se aplica, un Plan Nacional del Deporte con miras al Bicentenario del 2021 y todos lo ignoran. Nadie, salvo los atletas y algunos dirigentes, toman el deporte en su real dimensión, como un canal de desarrollo social.
El Instituto Peruano del Deporte este año destinó 213 millones de soles para el deporte, más del 50 % se destinó al Programa Academia que busca talentos que serán seleccionados para llevarlos al alto rendimiento. Eso resume el proyecto del deporte nacional.
¿Qué pasará con los atletas como Tejeda, Pacheco, Bazán o los que no ganaron medalla? Seguirán rogando apoyo y decidirán por lógica pura optarán por dar un paso al costado porque en el Perú del deporte no se puede vivir.
El primer problema ahora para el Estado comenzará luego de los Juegos Parapanamericanos que se inauguran el 26 de agosto. Según lo previsto todos los escenarios deportivos que se construyeron para estos Juegos y el material deportivo que se compró pasarán a manos del IPD.
Solo mantenerlos operativos durante los Panamericanos costó cerca de 600 millones de dólares.
El IPD tendrá la capacidad de pagar el mantenimiento de los recintos deportivo y administrarlos, la respuesta es no. Es por eso que ha nacido la idea de concesionarlos.
Terminó Lima 2019 y el deporte peruano vuelve a la incertidumbre de siempre.