El legendario estadio Melgar, es mudo testigo de las jugadas geniales que dibujaron en campo los dos más grandes futbolistas arequipeños, Eduardo “Patato” Márquez Obando en el FBC Melgar y Eduardo “Ratón” Rodríguez Juárez, con su querido FBC Piérola, la afición mistiana gozaban de estos espectáculos cada fin de semana.
Esto dos genios del balompié se forjaron en los polvorientos barrios de Arequipa, Patato Márquez en el barrio de María Isabel, mientras Ratón Rodríguez, sus pininos los inició en los callejones de la Casa Rosada.
“Ratón” Rodríguez, debuta en el año 1946, jugando por el Deportivo Flecha, al año siguiente viste las sedas del Deportivo Volante, equipo de los camioneros, por sus buenas actuaciones el FBC Piérola lo enrola a sus filas cuando tenía 18 años, para nunca más dejar los colores de las ardillas y se retira de las actividades oficiales en 1966.
En sus inicios “Patato” Márquez, comenzó jugando con pelota de trapo, donde demostraba sus habilidades para el fútbol. Su padre Carlos Esteban Márquez, lo hace debutar a sus 13 años en un partido de fútbol donde dejó una buena impresión.
Su padre era un apasionado del fútbol apoyaba a los clubes en los cargos de entrenador hasta de delegado. Eduardo Márquez, debuta en la segunda división de la Liga del Cercado, por el Estrella Mistiana. A los 17 años ficha por el FBC Melgar, para nunca más retirase del club de sus amores llegando a jugar en el fútbol profesional hasta el año 1975.
Los campeonatos de primera división de la Liga del Cercado de los años del 50 hasta el 70 fueron inolvidables cuando enfrentaban Piérola con Huracán, el clásico Characato; Piérola y Aurora, el Clásico de Antaño; Piérola ante White Star, el Clásico del Sur Este; Piérola con Melgar, el Clásico del Centro de Arequipa y Piérola con Independiente Miraflores, el Clásico de la Pampa.
Estos cotejos congregaban a cientos de espectadores las graderías del estadio del barrio del IV Centenario, para mirar los partidos de alto voltaje por parte de los futbolística de los diferentes equipos, donde destacaban nítidamente, Eduardo “Ratón” Rodríguez y Eduardo “Patato” Márquez.
Estos dos ídolos arequipeños mostraban su capacidad goleadora; “Patato” contagiaba ánimo a sus compañeros para lograr la victoria. Mientras “Ratón” Rodríguez daba confianza a los nuevos valores del Piérola, en el campo se convertía en el director técnico y los alentaba para que muestren su capacidad deportiva.
Una de las grandes virtudes de “Ratón” Rodríguez, fue un gran dominador del balón, además hacia la función de armador en su equipo y destaco por sus clásicos puntazo, para anotar goles a los más destacados arqueros de esos años.
Los más grandes recuerdos que dejaron para Arequipa, fue haber logrado varios campeonatos Nacionales, la generación de antaño los recuerda con mucho orgullo estos triunfos.
En el año 1950 Piérola fue invitado a Lima para jugar con el Universitario, era la base de la selección peruana a quienes vencieron por 3 a 2. Esa vez la selección peruana jugaba las eliminatorias para el Mundial de Brasil.
Los directivos del Olimpia del Paraguay, lo observaron jugar a Eduardo Rodríguez, en el estadio Nacional de Lima, le ofrecieron una buena propuesta su respuesta fue “no” me quedo en el Piérola.
Para orgullo de la Ciudad Blanca, Eduardo Rodríguez, fue el único provinciano que integro la selección del Perú, para jugar con su homólogo de Chile, por la Copa del Pacifico en Santiago, con un resultado favorable a los peruanos.
En el año 1958 la Miss Universo del Perú, Gladys Zender, vio jugar a “Ratón” quedó maravillado por las jugadas que mostraba cuando tocaba el esférico vibraba y aplaudía las diabluras que hacía con la pelota. Los tocayos, han reforzado a los equipos arequipeños, cuando enfrentaban al Alianza Lima, Universitario, Centro Iqueño, Ciclista Lima y Otros, mayormente con resultados favorables.
En esos años llegaban a nuestra ciudad también equipos del Brasil, Argentina, y de Bolivia, con sus mejores estrellas para exhibir su buen fútbol de sus países, pero encontraban equipos de buen nivel tanto individual y colectivo la afición arequipeña gozaba de estas presentaciones.
Pastor Arce